1. Vestimenta – Un buen uso de nuestra vestimenta hará la diferencia en cuanto al confort. Recomendamos usar el sistema de capas. Éstas nos permitirán regular nuestra temperatura corporal a medida que lo necesitemos.
2. Protección solar – La exposición a la radiación solar aumenta con la altura. La nieve, casi siempre presente en la montaña, refleja mucho más la radiación que un terreno sin nieve. A gran altitud podríamos encontrarnos por encima de la nube. No obstante, aunque el cielo esté cubierto no ayuda a protegerse porque filtra muy poco la radiación. Debemos usar gafas y protección en nuestra piel.
3. La aclimatación – Este es el proceso por el cual nuestro organismo se adapta a la altura. Es variable en función del objetivo propuesto (superior o inferior a 4500 msnm). Con esto prevendremos malestares y/o llevaremos a nuestro organismo a su adaptación máxima, según sea el fin propuesto.